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Siempre buscando justificaciones

Cuando se comete una falta o delito de mayor o menor gravedad, por naturaleza o por inercia, el ser humano siempre tiene a justificar los hechos.
No importa que quede constatado al 100% de la veracidad de un acto delicitivo por parte de un sujeto, éste siempre justificará los hechos o negará una evidencia aplastante. En cualquier terreno dichas justificaciones causan estupor, pero especialmente en el mundo de la política es en dónde más se acusa esta deleznable actitud.


El ejemplo lo tenemos al observar mediante una grabación a un político que acepta un soborno por atribuir concesiones a cierta empresa, luego dicho video sale a la luz y el político no sólo niega lo evidente, sino que lo justifica con su versión real de los hechos.


Comentaba que esta actitud es propia del ser humano, sin embargo hay lugares en los que tiene una mayor incidencia que en otros. En España por ejemplo, un político o ministro que haya cometido un acto “cuestionable” se agarrará a un clavo ardiendo y en ningún caso presentará su dimisión. A no ser que directamente le cesen de su cargo siempre habrá justificación por su parte para seguir en su puesto y mantener su conciencia, y las conciencias ajenas maleables, tranquilas y en paz.


Recuerdo la sección del famoso programa CQC, PROTESTE YA, en la que habitualmente se les sacaban, o al menos eso se pretendía, los colores a los políticos, entre otros individuos de la sociedad, pero especialmente se cebaban con el mundo de la política. Una de las cosas que causaba mayor indignación era ver como el reportero hacía las preguntas precisas, pero el político se limitaba a sonreir o a no decir nada. Eso de permanecer en silencio lo puede hacer Belén Esteban, que a nivel socio-económico no nos perjudica ni nos beneficia en nada ni ha adquirido ningún compromiso con el votante, pero un político nunca puede tomar es actitud de “niño malote” que “contesto a las preguntas que me convienen”.


Las explicaciones hay que darlas no sólo cuando se les exigen, en un consejo de diputados por ejemplo, sino también cuando sean requeridos por un reportero.


Ellos mismos (políticos) quedan en evidencia al no responder a las preguntas, sin embargo y volviendo a lo que comentaba al inicio eso no les importa demasiado, la conciencia la tienen tranquila.