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Jornadas laborales

Mucha gente que se ha quedado en el paro recuerda con cierta nostalgia los días en los iba a su trabajo, un trabajo que habitualmente podía resultar molesto o incluso desagradable, pero en cualquier caso era su trabajo, el cual representaba algo propio y que realizaba a diario incluso con momentos de satisfacción.


Ahora que esa gente que ya no permanece en su puesto de trabajo recuerda con resignación aquella época en la que era soberana del trabajo, y aunque en ocasiones podía resultar molesto el simple hecho de tener que madrugar, mucha gente daría cualquier cosa para que las cosas pudieran ser como antes.


Hay una razón clara por la cual han desaparecido las jornadas laborales, y esa razón la encontramos en el siguiente análisis.


Partimos de la base de que la vida es efímera y por tanto nada es para siempre, de modo que con la cuestión del trabajo no es una excepción y por tanto el trabajo no es para siempre, por mucho que queramos aferrarnos a las palabras “contrato”, “indefinido”, “fijo”,…


Es la mayor mentira del mundo laboral, el hecho de hacer cree a la gente de que un contrato indefinido es lo máximo a lo que puede aspirar un trabajador, de modo que ya se puede estar tranquilo, comprar una casa, un coche, etc… ¿Que importa? Tenemos contrato….. ¿de por vida?