Un país como España con casi 5 millones de desempleados tendría que encontrarse en un estado de saturación y de descontrol en las calle, con personas protestando por la falta de empleo de manera desesperada, sin reglas de ningún tipo hasta el punto incluso de cometer actos impropios.
La razón principal por la que esta situación no llega a producirse es debido al alto indice de empleo sumergido que hay ahora mismo en España.
Tan solo hay que analizar lo siguiente. Veamos, si hay más de 4,5 millones de parados y tan sólo 1 millones de ellos cobra algún tipo de desempleo, nos quedan 3,5 millones que supuestamente no tienen ningún tipo de ingreso. Ahora bien, podemos saber, según las estadísticas, que al menos 4 millones de personas trabajan en el empleo sumergido, es decir, sin estar dados de alta a la Seguridad Social y obviamente sin pagar impuestos por trabajar en forma de IRPF.
Por tanto diríamos que esto justificaría la relativa “calma” que hay en la calle, de modo que en alguna ocasión puede producirse alguna manifestación a nivel muy reducido, o para casos de grandes manifestaciones siempre han sido previamente programadas y nunca por un sentimiento popular unánime y espontáneo.
La gente necesita trabajar y disponer de independencia económica para su supervivencias, y lo que es obvio que si no encuentran trabajo por lo legal, no quedará más remedio que acudir al empleo sumergido.