Cualquier mujer embarazada tiene derecho a mantener su puesto de trabajo desde el momento en que presenta un certificado médico que confirma su estado.
De modo que estando embarazada un mujer no puede ser despedida, de ser así la empresa estaría incurriendo en un delito por el cual tendría que indemnizar a su trabajadora por despido improcedente o cualquier causa jurídica que se le atribuyera por su falta para con la embarazada.
La mujer embarazada tiene derecho a un periodo de licencia de 45 días antes y otros 45 días después del embarazo, de modo que las atenciones médicas estarán a cargo de la Seguridad Social. Pero la cosa no termina aquí. En caso de cualquier tipo de complicación postparto la persona tendrá derecho a una extensión de su licencia por maternidad que se atribuya a cualquier tipo de problema de salud.
Esta licencia será válida por un periodo de 12 meses, los cuales podrán ser aumentados en caso de que los problemas de salud se prolonguen.
Por tanto cualquier conducta contraria a los procedimiento legales, tal y como marca la Organización Internacional de Trabajo, podrá ser denunciable por la afectada en caso de que se vulneren sus derechos como embarazada a la vez de trabajadora de la propia empresa.
Es por ello que una embarazada no puede perder su estatus y sus derechos en la empresa, tiene que continuar con los mismo beneficios que los demás trabajadores y eso supone el no ser cuestionado por el hecho del embarazo.