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De la crisis financiera a la crisis laboral

No es necesario ser un experto financiero para saber que sin duda la crisis financiera siempre lleva a una crisis laboral, tal como está pasando durante este difícil periodo.


Es imposible reactivar una economía tremendamente dañada a causa de una mala praxis durante muchísimos años, en que el sistema financiero ha campado a sus anchas y ha terminado por dañar toda una serie de organismos que dependían de ella, y al final, como siempre, lo mayores damnificados son los contribuyentes, los cuales han de aportar su ayuda en forma de impuestos para evitar el hundimiento total del barco.


Se utilizan siempre los mismos argumentos; que si la burbuja inmobiliaria por aquí, que si hay que reactivar la economía inyectando liquidez en los bancos,.. pero bien es cierto que no se puede sacar de donde no hay.


Si se invierten unas cantidades para sacar a flote la economía, ese es un dinero que puede disponer el Estado echando mano a los presupuestos y haciendo malabares para sacar de aquí y meter de allí, y lo que está claro es que cuando no hay de dónde sacar hay que aumentar impuestos, porque hay un dinero que es intocable como el de jubilaciones, planes y demás.


La crisis laboral se plantea como un problema consecuente de la crisis financiera, de modo que las empresas cierran sus puertas (aunque algunas revivirán con el paso de los años, muchas sucumbirán para siempre) y la gente pierde sus trabajos. La crisis laboral se refiere a la crisis global de todo un conjunto, sin embargo también se puede hablar de crisis laboral para un individuo en cuestión. El estar anidado en la crisis laboral significa pasar a un estado de degeneración económica, en que de alguna manera has perdido tu estatus social que te permitía hacer cosas como viajar y consumir de una manera mínimamente cómoda.


Como dice el título del post, de la crisis financiera a la crisis laboral, es decir, si no tienes dinero seguramente es que tampoco tienes trabajo.