Es triste pero es así, al trabajador que es honesto lo despiden y por otro lado, el trabajador que no muestra ningún tipo de interés por su trabajo lo mantienen en su puesto, es más, incluso a veces le dan hasta un aumento.
Yo la verdad es que no se en que estarán pensando los jefes cuando promocionan a sus peores trabajadores y a su vez, se van deshaciendo de los más competentes, es el mundo al revés!
Yo he trabajado por desgracia en varios sitios, y digo por desgracia porque aún no he encontrado un lugar estable en donde trabajar y no temer a ser despedido cuando finaliza el contrato temporal, y en al menos dos empresas he podido comprobar lo que estoy explicado.
El mismo día entrabamos a trabajar en una empresa dos personas, de modo que los dos teníamos un contrato de 3 meses, y luego 6 meses más, y finalmente iba a convertirse en un contrato indefinido para ambos.
Sin embargo la cosa no llego a ser de esta manera, puesto que a mi no me llegaron a hacer el contrato indefinido, tras terminar los temporales, y en cambio a mi compañero si lo hicieron fijo.
Supuestamente la empresa sólo podía hacer fijo a uno de los dos ya que había habido una bajada en la producción, y por tanto no era necesaria la incorporación de dos persona, sino una, y eligieron al más vago.
Este compañero era una persona que no sentía la más mínima consideración por el trabajo que hacía. Yo no digo que haya que matarse por la empresa tampoco, pero era un problema de actitud que tenía, o sea, todo era quejas e inconvenientes para hacer el trabajo, y es verdad que terminaba haciéndolo todo, pero a regañadientes.
De verdad que me sorprende como han podido mantener a esta persona, y no es porque yo lo diga y haya sido la parte perjudicada, pero de verdad que no lo entiendo.
Lo que he aprendido es que hay gente en la vida que tiene suerte, que no tiene necesidad de esforzarse por las cosas ya que de alguna manera u otra alguien los va ayudar o hacerse cargo de ellos.
Es como la “garantía del vago”, o sea, que es gente que trabaja de cualquier manera en la empresa, que si un día no va a trabajar y se queda durmiendo no pasa nada, y no sólo no los despiden, sino que les dan mejores puestos de trabajo.
Es como en aquel episodio de los Simpsons, en que el Señor Burns contrataba a un joven talentoso a la central nuclear, y Homer armaba sus típicos líos, pero la culpa siempre recaía en la otra persona que era competente y trabajadora.